jueves, 10 de noviembre de 2011

Los errores más comunes a la hora de crear un negocio


Crear una empresa es para muchos un gran sueño que puede llegar a ocupa sus pensamientos durante una gran parte del día. Es un sueño que sin lugar a dudas se puede llevar a cabo y se debe llevar a cabo si uno realmente lo desea. Una vez dicho esto, hay que tomar ciertas precauciones para que el gran sueño no se convierta en pesadilla.


En realidad en las primeras etapas de una empresa, siempre debes hacerte una serie de preguntas, sobre todo ésta: ¿Es realmente ésta la mejor opción, o me estoy dejando llevar por las emociones?


A continuación, por tanto, exponemos algunos errores bastante comunes a la hora de crear una empresa, nunca con el fin de asustar ni de ahuyentar a los posibles emprendedores que estén leyendo este artículo, sino con el ánimo de prevenir y de intentar eliminar algunas dolorosas experiencias y, sobre todo, para ayudar a que ese gran sueño se cumpla y llegue a buen fin.


Namasté Consultora. Estamos para ayudarte.




ERRORES MÁS COMUNES A LA HORA DE CREAR UNA EMPRESA


1. EL  APURO


La prisa es nefasta para casi cualquier aspecto de tu vida, y por supuesto que a la hora de crear un negocio tenes que evitar tomar acciones precipitadas, sean estas a la hora de escoger un local, el banco, tus colaboradores (empleados, proveedores) así como a la hora de crear tus procedimientos. Toma tu tiempo para crear un buen Plan de Negocios que te ayudará como guía a la hora de realmente llevar a cabo tu negocio. Ganarás tiempo y dinero y evitarás grandes disgustos.


2. NO ESCOGER EL NEGOCIO ADECUADO PARA TU PERSONALIDAD


¿Sos una persona que busca seguridad? Si es así, tal vez el mejor tipo de negocio sea una franquicia que aporta un conocimiento del sector y una estabilidad mayor a cambio de un canon. ¿Sos una persona poco consistente con continuos cambios de humor? En ese caso, realmente querés abrir un restaurant donde vas a estar de cara al público durante largas horas. ¡Tal vez una empresa comercial donde podrás explotar tus habilidades sería una mejor opción! Si tu negocio es unipersonal, escoge un negocio que se adapte a tu personalidad y a tu realidad y necesidades. Si vas a tener socios, intenta complementar tu personalidad con la de tus socios.


3. QUEMAR LOS BARCOS.


Durante la conquista de México por parte de los españoles, Hernán Cortés en un arranque de temeridad, mandó quemar los barcos en los que habían alcanzado las costas americanas con el fin de evitar una huida en masa por parte de sus hombres. Tuvo suerte y le salió bien la jugada. Nosotros, por suerte, no tenemos esa necesidad. Si no estamos absolutamente seguros de nuestras posibilidades, o si queremos minimizar el riesgo, no tenemos por qué quemar los barcos. Hay multitud de opciones para tejernos una buena red de seguridad. Si no estamos seguros del éxito de nuestro negocio, podemos buscar alguna actividad que podamos hacer a tiempo parcial, que nos guste, y sin necesidad de dejar nuestro trabajo en caso de que sea ésa nuestra fuente de ingresos. Crear un negocio puede ser compatible con otras actividades.


4. NO CONOCER LOS COSTOS EXACTOS DE NUESTRA ACTIVIDAD


El fin de una empresa no es "vender y cuanto más, mejor". El fin de una empresa es conseguir beneficios. Si no cuidamos nuestros márgenes, no podremos saber si estamos generando beneficio potencial. Es preciso tener absolutamente claro el desglose de costos fijos y costos variables de nuestro negocio.


5. NO CUIDAR LOS DETALLES


Con tan sólo darse un paseo por la ciudad, o mejor aún por un centro comercial, es realmente sencillo encontrar locales cercanos uno al otro, dedicados a la misma actividad. Unos están vacíos y otros repletos. ¿Suerte? No creo. Los locales que están llenos ofrecen lo que los clientes buscan. Muchas veces es cuestión de detalles: decoración, ambiente, productos. Si tu negocio es de cara al público, puede ser que tengas el mejor producto del mundo pero si el cliente no se encuentra cómodo en tu local, tal vez no entre. En el caso de que tu negocio no sea de cara al público, piensa en cómo vas a llegar a tu cliente. Acaso la publicidad que envías realmente no motiva al cliente a llamarte, o tal vez las personas que atienden el teléfono, postean en las redes sociales, contestan los mails, no son del todo agradables. Entonces, ¿cómo vas a hacer que el cliente esté motivado para adquirir tu producto? (qué por otra parte puede ser el mejor del mundo).


6. NO QUERER / SABER VENDER


El que tiene un negocio debe saber (o querer saber) vender. El fin de toda empresa, por mas pequeña que sea, es conseguir beneficios. Si no vendemos no conseguiremos el margen necesario para alcanzar esos beneficios. Si no sabemos vender, hagamos lo necesario por saber. Si aún así no queremos / no podemos, busquemos a los profesionales que lo sepan hacer. Sean internos (vendedores propios) o externos (una red de distribución, vendedores freelance). Vendas directamente o no, debes de tener una actitud de atención continua al cliente. Hay un sabio refrán judío que dice "Si no sabés sonreír, no abras un negocio".


7. NO DEJARSE ACONSEJAR POR PROFESIONALES


Admitámoslo, nuestros amplios conocimientos no abarcan toda el conjunto de leyes y normativas mercantiles, las reglamentaciones, las inscripciones en los entes estatales, etc.. A no ser que tu negocio sea precisamente un gabinete jurídico o una asesoría de empresas, lo recomendable es que te dediques a lo que sabés hacer y que te sepas rodear de los profesionales que te pueden aconsejar mejor. No es necesario incorporarlos a tu empresa, en muchos casos, contrar en forma tercerizada es la mejor opción. No lo dudes, dejáte aconsejar por profesionales y que tu empresa se dedique a lo que sabe hacer bien.


8. NO SER EXIGENTE


Exige siempre lo mejor de tus colaboradores. Recompensa sus esfuerzo adecuadamente, ellos lo agradecerán y tú empresa se beneficiará. Esto es válido tanto para colaboradores internos (empleados) como para externos (proveedores). Nunca te conformes con menos.


9. NO SER REALISTA


Este punto se ha tocado en anteriores pero merece la pena recalcar su importancia. ¿Realmente vas a poder cubrir durante un año una estructura de costos fijos de tener una oficina o local, empleados, impuestos, tasas, etc. sin tener aún clientes ni cartera de productos? ¿Sos una magnífico programador? ¡Entonces lo tuyo es dedicarte a programar y contratar los servicios de una oficina virtual y buscar un distribuidor que se ocupe de vender tu magnífico programa! Seamos realistas. Conozcamos nuestras limitaciones, nunca con el fin de desanimarnos, sino con el fin de dimensionar nuestro negocio a nuestra realidad socio-económica. Lo contrario es jugar a la lotería y no tiene nada que ver con un proyecto empresarial, mejor ir al Casino, es más divertido y arriesgamos menos.


10. NO LLEVAR A CABO UNA PREVISIÓN FINANCIERA ADECUADA


Muy interrelacionada con el punto anterior. Hay que hacerse la pregunta "¿Cuánto tiempo podré soportar mis gastos fijos con los recursos que tengo actualmente?" Debemos dotar a nuestra empresa con una previsión financiera adecuada para aguantar los primeros meses / años. Esto no quiere decir que necesitamos una fortuna para financiar eternamente locales y/o empleados. Significa que el comienzo puede ser duro y las ventas a veces no llegan tan rápidamente como nosotros desearíamos. Por lo tanto, seamos prudentes y cubramos nuestras espaldas ya que una empresa de nueva creación es precisamente eso: nueva, e implica un desconocimiento parcial de la realidad a la que nos vamos a enfrentar.


11. NO DISPONER DE UN PLAN DE NEGOCIOS (BUSINESS PLAN)


No disponer de un buen Plan de Negocios es equiparable a embarcar hacia Carmelo en bote sin remos, ni mapas, ni brújula ¿Podés llegar? Sí claro... ¿pero cómo y cuándo y después de cuántas vueltas? El Plan de Negocios es una herramienta fundamental que establece las bases de tu negocio, fija una misión y una dirección. Dispone la estrategia e indica las tácticas para alcanzar tus metas. Y por último, pero no por ellos menos importante, nos ayuda a hacer un control y seguimiento y, por supuesto, rectificar cuando las decisiones no sean las adecuadas.


12. NO PAGAR / NO COBRAR


Tan grave es uno como el otro. El punto 8 nos recordaba que hay que ser exigente con nuestros colaboradores, no podemos serlo si no pagamos. Un empleado o proveedor enfadado puede ser una fuente de terrible publicidad para nuestro negocio. Por otra parte, si no cobramos, estamos financiando las actividades de los demás. Si tu negocio NO es una financiera, no financies más de los estrictamente necesario. Un cliente no debe ser eximido de pagar puntualmente por "ser un buen cliente".


13. CONFUNDIR LA CAJA DE LA EMPRESA CON TU BOLSILLO


La caja de tu negocio es sagrada. La caja de tu negocio no es tu bolsillo, la caja de tu negocio está ahí para hacer frente a las obligaciones financieras del negocio. El efectivo no es igual a ganancia, es tan solo efectivo. Búscate un buen contador interno o externo dependiendo de tus necesidades y déjate aconsejar.


14. NO CALIBRAR LA IMPORTANCIA DE LA PUBLICIDAD Y PROMOCIONES


La publicidad y las promociones son fundamentales. Sin ellas, el mundo exterior (léase clientes), no nos conocerán. Escoge la forma de publicidad y promoción más adecuada para tu negocio y no te dejes llevar por cantos de sirena. ¿Realmente crees que un anuncio a nivel nacional en la televisión que cuesta $ 30.000 por 15 segundos nos va a ayudar a tener más clientes en un restaurante de Marcos Paz? ¿No sería mucho más interesante invertir ese dinero en prensa local y gastando tan solo una pequeña fracción? En cambio, si nuestra empresa se dedica a vender servicios de consultoría, ¿Realmente servirá anunciarse en los multicines durantes una sesión de cine de adolescentes? ¿No sería mucho más interesante una campaña telefónica atacando una base de datos de empresas potenciales perfectamente segmentado hacia nuestra área de negocio? 


15. NO CUIDAR A TUS CLIENTES / COLABORADORES


Es un dato por todos conocido que cuesta diez veces más obtener un cliente nuevo que retener a un actual. Lo mismo se podría aplicar a los colaboradores (empleados, proveedores, etc...). No es necesario implantar una sofisticada solución de CRM (Customer Relationship Management) para poder mimar a los clientes. Nuestros clientes y colaboradores son un importante activo de nuestra empresa y deben ser tratados como tal.

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